El abismo de tus ojos
Te alimentas de recuerdos,
te quedaste ahí atrapado,
hace varios ayeres
y ahora
solo queda un vacío,
un vacío inmenso
que no llenas con nada.
Hay heridas
que no sanan,
que permanecen ahí,
que te hace daño,
que te destruyen
lentamente,
que te comen
poco a poco,
que te destrozan
el alma hasta
matarte por completo.
Llevas la espalda
cargada de tristezas,
un inmenso cansancio
pesa sobre tus hombros,
y sonrisas rotas
atrapadas en el alma,
atoradas en el pecho,
pero todo esto
no es culpa tuya,
ni de nadie.
Vas por el mundo
sin rumbo fijo,
no sabes por dónde vas,
ni a dónde quieres llegar,
pero tampoco
sabes detenerte,
vives al día.
Por las noches
solo buscas dar final
a tus tormentos,
por las mañanas
te juzgas por hacerlo,
te arrepientes
de absolutamente todo
de quién eres,
de cuánto cambiaste,
de tus decisiones,
de tus actos,
de estar vivo
y no saber vivir.
En ocasiones
te pareces a una fiebre,
a una epidemia,
contagias al mundo entero
con tu llanto
y todas tus tristezas
o con tus sonrisas
y toda tu alegría.
Yo quise intentar
sostener tu mano
caminar a tu lado,
sin clavarme tus espinas,
enamorarme de ti
y tú enamorarte de mi,
para sanar tus heridas
y así poder borrar
uno a uno todos tus miedos
sin convertirme
en otro igual a ellos
con el único deseo
de amarte hasta el final.
Pero hay sueños
que resultan pesadillas
y mientras yo soñaba,
tú sufrías de insomnio
y mi sueño
se volvía una pesadilla,
aparecían tus monstruos,
luchaban contra los míos,
y me suplicaban
despertar ¡yá!,
de ese horrible sueño
al que no pertenecía.
La vida,
no cesa en su intento
por obstaculizar mi vía
todas mis metas
y mis planes;
Yo no me canso
de levantarme y sonreír,
sacudirme los escombros
y volver a caminar.
Espero nunca
arrepentirme de nada
que me hizo feliz
por eso
siempre doy todo de mi,
amo sin medidas,
sin condiciónes,
como si el mañana
no existiera,
como si yo
no fuese a existir mañana.
El mundo esta lleno
de gente maravillosa,
tan maravillosa
como tu sonrisa,
pero también
de gente extraña
y tan perturbadora
e impredecible
como el abismo
que me ofrecen tus ojos.
-Anaiz Yadira Hernández Silva
Comentarios
Publicar un comentario